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En los últimos años, el interiorismo ha trascendido su enfoque puramente estético para convertirse en una disciplina profundamente conectada con la funcionalidad, la experiencia del usuario y la colaboración entre distintos ámbitos del diseño. En este contexto, los espacios multidisciplinares han cobrado un papel central, especialmente en estudios de diseño, coworkings, centros culturales y oficinas creativas. Estos entornos no solo reflejan una tendencia contemporánea, sino una verdadera evolución en la forma en que concebimos, habitamos y utilizamos los espacios.
Un espacio multidisciplinar es aquel que está diseñado para facilitar la interacción entre diferentes disciplinas, profesiones o actividades. Su diseño físico y conceptual permite que convivan en armonía tareas tan variadas como el trabajo individual, las reuniones colaborativas, actividades culturales, producción artística o incluso servicios técnicos.
Más allá de la flexibilidad, lo que define a estos espacios es su intencionalidad en el diseño: se crean pensando en la convergencia de ideas, la fluidez de movimiento, la estimulación creativa y, en muchos casos, en la adaptabilidad a necesidades cambiantes.
La creación de espacios multidisciplinares ha obligado a los interioristas a replantearse su papel. Ya no se trata solo de elegir mobiliario atractivo o paletas cromáticas modernas. El diseñador de interiores se convierte en un estratega espacial, capaz de interpretar las dinámicas humanas, entender procesos de trabajo y anticipar cómo un espacio puede potenciar la creatividad, la eficiencia o el bienestar.
En este sentido, el interiorismo multidisciplinar se alimenta de varias fuentes: la arquitectura, el diseño industrial, la psicología ambiental, la ergonomía, la tecnología e incluso la sociología. Así, el espacio se convierte en un sistema complejo donde cada elemento tiene una función y un sentido.
Los coworkings son un claro ejemplo de espacios multidisciplinares. En ellos coexisten diseñadores gráficos, arquitectos, programadores, gestores culturales y freelancers de todo tipo. Aquí, el interiorismo juega un papel fundamental en fomentar la interacción, sin comprometer la concentración individual. Elementos como mesas comunales, cabinas insonorizadas, zonas chill-out o barras de café bien ubicadas, son claves en su diseño.
Museos, centros culturales o hubs artísticos también demandan un enfoque multidisciplinar. No solo albergan exposiciones, sino también talleres, conferencias, performances o residencias artísticas. Esto requiere un diseño polivalente, capaz de adaptarse a necesidades técnicas diversas (acústica, iluminación, flujos de circulación), sin perder una identidad visual coherente.
Tras la pandemia, muchas empresas han transformado sus oficinas tradicionales en entornos híbridos, donde se trabaja por proyectos y se prioriza la colaboración. Los despachos cerrados han dado paso a salas de brainstorming, cabinas de videollamadas, áreas de soft seating y estaciones de trabajo rotativas. Todo esto configura un modelo de espacio multidisciplinar donde la jerarquía cede ante la horizontalidad creativa.
No todo es sencillo al abordar este tipo de proyectos. Algunos de los retos más comunes son:
El diseño de espacios multidisciplinares también se alinea con la creciente preocupación por la sostenibilidad. Usar materiales reciclados, integrar vegetación natural, apostar por la eficiencia energética o reutilizar mobiliario son prácticas cada vez más comunes. El futuro apunta hacia espacios regenerativos, que no solo minimicen el impacto ambiental, sino que tengan un efecto positivo sobre el bienestar de las personas y el entorno.
Los espacios multidisciplinares representan una evolución natural del interiorismo en respuesta a una sociedad más colaborativa, flexible y creativa. Diseñar estos entornos no es tarea sencilla: requiere una visión holística, conocimientos diversos y una sensibilidad especial hacia las dinámicas humanas. Pero cuando se logra, el resultado es mucho más que un lugar funcional: es un catalizador de ideas, vínculos y transformación.
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